Periodismo y Comunicación Social

El Círculo de Periodistas fue el germen que dio lugar a los cursos de formación en los años ´30 y que con el tiempo se transformaron en carrera universitaria y luego en facultad
Era un viejo oficio, asentado ya a través de los diarios y las revistas -y desde principios del Siglo XX con un cierto desarrollo en la radiofonía-, al que se accedía por algún talento innato, mucha pasión y una intensa práctica en las redacciones. En la década del 30 los hombres de prensa platenses, reunidos en el Círculo de Periodistas, alentaron la formación de profesionales y crearon la Escuela Argentina de Periodismo, decana en el país en otorgar un título de la especialidad. Un primer curso preparatorio dictado en 1934 en aulas que la antigua entidad mandó a construir especialmente para la iniciativa en su sede de 48 entre 5 y 6 inauguró un camino que llegó lejos cuando el 24 de octubre de 1994 la comunidad de la Universidad Nacional de La Plata aprobó el cambio de status académico de la Escuela Superior y la convirtió en facultad de Periodismo y Comunicación Social.
La historia de 77 años en la enseñanza del periodismo en La Plata comenzó el 27 de abril de 1934. Ese día, el salón destinado para las primeras clases se abarrotó de aspirantes. Manuel Elicabe, el gran impulsor, presidente por entonces del Círculo, dirigió el emprendimiento. Los cursos eran gratuitos y tanto los docentes como los periodistas que entusiasmaban con el relato de su experiencia a los jóvenes que querían integrar el mundo de la prensa aportaban su saber ad honoren. Pero la aspiración era mayor, porque la Ciudad contaba con una Universidad Nacional de renombre en la Argentina y Latinoamérica y el deseo de los iniciadores de la nueva empresa era poder integrarla a ese semillero prestigioso de científicos, profesores, pensadores y doctores. En un año lo consiguieron.
A propuesta del Círculo y bajo el rectorado de Ricardo Levene, el 16 de mayo de 1935 el Consejo Superior de la UNLP creó la Escuela Argentina de Periodismo. Para obtener el título se fijó un plan de estudios en el que los alumnos debían asistir como oyentes y luego aprobar con un examen las materias Composición y gramática; Historia argentina contemporánea; Geografía política y económica argentina; Idioma (inglés o francés); Derecho constitucional; Sociología; Derecho administrativo; y Derecho internacional público, que se dictaban en las facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales y de Humanidades y Ciencias de la Educación. La institución de los periodistas, por su parte, estaba obligada a brindar los cursos de Historia del periodismo; Reportaje y redacción de noticias; Estudio de originales periodísticos, su crítica y reconstrucción; Arte tipográfica aplicada al periodismo; Legislación de prensa; y Etica periodística. Elicabe fue el primer director y Levene el director honorario.
Abierta la inscripción se anotaron 131 estudiantes, que fueron fichados de acuerdo al sexo y estudios anteriores. Así la matrícula inicial quedó conformada por 96 varones y 35 mujeres; 25 eran graduados o alumnos de otras carreras universitarias; 24, egresados de las escuelas normales de maestros y de colegios superiores de la Nación y alumnos de esos establecimientos; y 82, bachilleres.
Durante el acto inaugural de las clases, el 14 de junio de 1935, en el aula magna de la facultad de Humanidades, Elicabe trazó la línea de contenidos que regiría el programa de estudios. “Será palpitante en lo espiritual -anticipó-, porque la Escuela habrá de cultivar el civismo de sus alumnos mediante enseñanzas de Historia Patria, de Geografía Económica de nuestro país, de Historia del Periodismo general e Historia del Periodismo Argentino, en las que los estudiantes aquilatarán los sentimientos que vibraron en la Gaceta de Mariano Moreno y fueron, desde entonces en adelante, los fundamentos de la tradición cívica argentina, democrática, republicana, liberal y humanitaria”.
La propuesta progresó con el interés creciente de los aspirantes, una organización educativa que se aceitó año tras año y algunas reformas que se incorporaron a los planes curriculares. Esos avances sumados a la necesidad de un espacio propio y de un cuerpo docente dedicado profesionalmente al tema fueron los factores que llevaron a pensar en que era necesaria la integración del instituto como una unidad académica más de la UNLP. Y así fue. Aunque con una jerarquía especial, pues seguía dependiendo del Rectorado, en 1954 la Universidad resolvió recategorizarlo y lo transformó en Escuela Superior de Periodismo. Distintas trabas -incluso sacudidas políticas como el derrocamiento de Juan Domingo Perón en 1955- postergaron las tratativas, que recién dieron sus frutos en 1956.
Un año más tarde la ya Escuela Superior comenzó a funcionar en el edificio de la avenida 53 N°726, que había sido residencia del gobernador Guillermo Udaondo, y a partir de entonces, en otro capítulo de la historia, se inició un peregrinaje de mudanzas que recién concluyó en 2008, cuando la facultad de Periodismo y Comunicación Social se instaló para siempre en la sede especialmente construida con esa finalidad, en diagonal 113 y 63. Sin ámbito propio, antes había pasado por lugares provisorios, como el de la calle 10 entre 45 y 46, la avenida 44 entre 8 y 9, el ex Jockey Club y el Centro de Retirados de la Armada -4 entre 43 y 44-.
Los memoriosos recuerdan al primer egresado de la carrera de grado -que duraba tres años y al final de la cual había que presentar una tesis-. Fue un joven venezolano que se recibió a los 25 años de licenciado en Periodismo, en 1960. Con su bagaje académico recogido en La Plata, Eugenio Guevara Manosalva fue en su país un reconocido periodista, ensayista y escritor que murió en 2004, a los 69 años.
También están frescos en el registro de muchos de los alumnos que pasaron por Periodismo docentes formados y formadores en la facultad de Humanidades, como Josefina Passadori, escritora y autora de libros de geografía que se estudiaban en el nivel secundario; Ligia Spina, profesora del Colegio Nacional “Rafael Hernández”; Sara Alí Jafela, quien compartió la cátedra de Introducción a la Filosofía con Eugenio Pucciarelli y Narciso Pousa; Pedro Aznar, exiliado antifranquista y titular de Introducción a la Historia; la profesora de Literatura Doris Herrero; y “Chicho” Negri, sobresaliente y apasionado especialista en lengua castellana. De Ciencias Jurídicas y Sociales procedían Ataúlfo Pérez Aznar, que fue abogado, profesor y, en 1958, ministro de Educación durante la gobernación de Oscar Alende; el catedrático, periodista y político socialista Pedro Verde Tello; Manuel Trigo Viera, destacado letrado y profesor; Hugo Dolgopol, quien fuera decano de Derecho, entre otros distinguidos representantes del cuerpo de docentes universitarios.